Disciplina, práctica y desapego.
Es mediante la práctica y el desapego que lograremos controlar las fluctuaciones de la mente.
La práctica es el esfuerzo continuo para establecer un sólido control sobre las
ondas mentales.
La práctica queda firmemente establecida cuando es seguida durante un largo
período de tiempo sin interrupción y con sincera devoción.
Yoga Sutras de Patanjali, Capítulo. 1
Es frecuente que los practicantes que inician su andadura en el camino del Yoga
lo hagan con entusiasmo. Se encuentran encantados por los beneficios de la
práctica y por el estado de bienestar que les aporta, agradeciendo las
enseñazas que reciben.
Al poco tiempo las mismas personas pueden volverse irregulares en la práctica, comienzan
a aparecer obstáculos atribuidos a distintas causas, dependiendo de cada uno, terminando
muchas veces abandonando la práctica del yoga. Algunos volverán a probar y
volverán a obtener un resultado idéntico. Otros perseveran en el trabajo y unos
pocos se introducirán en la esencia de la práctica.
Un camino por el que transitamos todos… ¿por qué?
La Disciplina
El Yoga es
una “disciplina”. La palabra disciplina viene del verbo latino “discere” que
significa “aprender”. Por lo tanto en Yoga hay algo que aprendemos. Aprender
lleva tiempo, lleva al principio esfuerzo y perseverancia en la práctica. La
palabra “disciplina” viene también relacionada con la palabra “discípulo” que
es el que aprende o se deja enseñar. Dejarse enseñar quiere decir ser permeable
a lo que hay que aprender, esto es a las experiencias que aportan las técnicas
del Yoga. Dejarse enseñar es la actitud correcta en la práctica, dejarse
enseñar por el propio cuerpo, la respiración, la mente, por la vida … Hay una actitud
de testigo, de observador, es la actitud del discípulo. La mente se encuentra
en un estado de observación activa, aprende y aprehende de la experiencia.
Aprehender es concebir las especies de las cosas sin hacer juicio de ellas o
sin afirmar ni negar, ampliando el campo de la mente. Y este es el profundo
significado de la palabra disciplina.
Pero la disciplina requiere inteligencia, práctica, perseverancia, paciencia y
una actitud de la mente positiva y abierta.
Estableciendo la práctica
Toda disciplina para ser dominada requiere de práctica regular o ejercicio,
cuya palabra en sánscrito es “abhiasa” y cuya definición nos la dá Patanjali en
su Yoga sutra: “La práctica (abhiasa) es el esfuerzo continuo para establecer un
sólido control sobre las ondas mentales.”
Enseguida
surge en la mente del practicante la pregunta:” ¿Cuánto tiempo tengo que
practicar, un año, un mes?”. No hay una única respuesta a esta pregunta pues,
para empezar a caminar hay que dar el primer paso y conocer el ritmo de la
marcha que no será igual para cada persona, y en cada momento. Por lo general
se necesitan de varios años de práctica regular para ir profundizando en
la esencia de la disciplina, pero a no ser que esta práctica sea
inteligente, el esfuerzo puede ser en vano. Práctica inteligente implica
entender el proceso, y qué pasa con cada uno de forma singular, pues cada
persona encuentra obstáculos y atajos en la práctica que son diferentes de los
demás.
En Yoga es mas importante la regularidad que la cantidad pues buscamos un ritmo
armonioso en la práctica, una práctica inteligente podría ser por ejemplo en
vez de empezar a meditar todos los días una hora, comenzar con dos veces por
semana diez minutos, hasta establecer esta práctica y aumentar gradualmente.
La Devoción
La devoción es el motor de la práctica, es lo que dinamiza el impulso por
lograr los objetivos de la enseñanza. Es aquello por lo que se mantiene la
práctica. La devoción se cultiva con el corazón y la inteligencia, recordando
los beneficios positivos de la práctica. Muchos practicantes saben lo bien que
se han sentido durante una clase de Yoga o durante la meditación, por lo que
esta experiencia les ayuda a mantener vivo el fuego de la devoción.
Sin esta devoción en la práctica, la misma se torna mecánica y vacía.
El Desapego
El desapego significa no apegarse a los resultados de la práctica. Por eso la
sincera devoción se logra mediante el desapego.
La práctica depara un aire fresco, nuevo en la mente, la mente no puede prever
el resultado de la misma, por lo que tiene que desapegarse de los resultados,
para poder dejar que “lo nuevo” penetre en la experiencia. Hacerse permeable a
lo nuevo que hay en la experiencia del Yoga implica desapego. Y esta es una
herramienta muy poderosa para toda la práctica. Aprender a ser tolerantes y
pacientes con la experiencia extrayendo cada vez la fragancia de lo nuevo, sin
forzar la experiencia es fundamental para tener éxito en la práctica.
Consejos para la práctica:
1. Proponte la regularidad de forma gradual, y con un tiempo razonable, de
manera que puedas construir de apoco las bases de la práctica.
2. En la tradición
del Yoga, el profesor es el canal a través del cual fluyen las enseñanzas de un
Maestro. Y de esta manera llegan al alumno.
3. Las clases
de Yoga y Meditación en grupo generan una energia que favorece la práctica, es
mucho más sencillo para nosotros.
4. No te desalientes, si has dejado la
práctica, con
paciencia y amor retómala nuevamente, sin juzgarte por los
intentos fallidos.
5. Retén en tu mente la historia de tu práctica, lo bien que te has sentido
luego de una clase de yoga o de la meditación. Recuerda la paz
mental que te aportó para ese día y para tu vida. Esto te ayudará a
vencer la inercia para volver a practicar.
6. Se
flexible, y paciente en la práctica, desapegándote de los resultados de la
misma.
7. Persevera
de forma inteligente y triunfarás sin lugar a dudas.
8. Mantén la mente abierta a la práctica, centrada en el presente, se permeable a
lo que tiene para ofrecerte “hoy” tu práctica.
Suavidad, firmeza y perseverancia te llevarán a profundizar en la esencia de la disciplina
milenaria del Yoga.
Te
sorprenderás de lo que encontrarás cada vez, de la frescura de la experiencia.