Recortes de una entrevista
¿Qué
queremos cuándo somos niños?
Ser grandes.
… Y cuando lo somos damos la vida por recuperar y aparentar la juventud que
no supimos apreciar. Nos desgastamos tratando de tener, y cuando ya tenemos
invertimos el dinero en recuperar la salud y el tiempo perdido.
Primero
soy, experimento el amor y la paz, luego hago y después tengo.
Lo
importante es lo que tú te dices a ti mismo, fuera no encontrarás la felicidad,
concentra tu energía en lo que tienes y no en lo que no tienes. Hay gente
que en un segundo despierta su conciencia, otros tardan más y otros nunca. Ni tu peor enemigo te puede hacer tanto daño
como tus propios pensamientos. Hay que observarlos y cambiarlos porque estamos
programados para concentrar la energía en lo negativo, en lo que nos falta, en
el dolor, y eso es lo que atraemos. A valorar
a tiempo las cosas pequeñas y simples. Lo que pasa es que vemos pero no
miramos, oímos pero no escuchamos, palpamos pero no tocamos. Vivo intensamente
cada momento, pero sin miedo. Hay que aprender a asustar al miedo Pero el
secreto es contar el sueño, siempre hay gente que te ayuda. No crea nunca a los
asesinos de sueños, esos que te dicen: si lo cuentas, no se cumplirá.
queremos cuándo somos niños?
Ser grandes.
… Y cuando lo somos damos la vida por recuperar y aparentar la juventud que
no supimos apreciar. Nos desgastamos tratando de tener, y cuando ya tenemos
invertimos el dinero en recuperar la salud y el tiempo perdido.
Primero
soy, experimento el amor y la paz, luego hago y después tengo.
Lo
importante es lo que tú te dices a ti mismo, fuera no encontrarás la felicidad,
concentra tu energía en lo que tienes y no en lo que no tienes. Hay gente
que en un segundo despierta su conciencia, otros tardan más y otros nunca. Ni tu peor enemigo te puede hacer tanto daño
como tus propios pensamientos. Hay que observarlos y cambiarlos porque estamos
programados para concentrar la energía en lo negativo, en lo que nos falta, en
el dolor, y eso es lo que atraemos. A valorar
a tiempo las cosas pequeñas y simples. Lo que pasa es que vemos pero no
miramos, oímos pero no escuchamos, palpamos pero no tocamos. Vivo intensamente
cada momento, pero sin miedo. Hay que aprender a asustar al miedo Pero el
secreto es contar el sueño, siempre hay gente que te ayuda. No crea nunca a los
asesinos de sueños, esos que te dicen: si lo cuentas, no se cumplirá.
Yo estaba dando
esperando recibir, había mucho en mi dolor de fracaso, de ego herido. Aprendí
la lección, no he vuelto a condicionar ni a tener expectativas ni siquiera con
mis propios hijos, yo les tiendo la mano, pero las decisiones son suyas, no
mías. Yo no cambio a nadie, son ellos. Nunca digas por qué me pasó esto sino
para qué: es otra forma de concebir el mundo.
Alegre y feliz
Prefiere un abrazo a un apretón de manos
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